abril 25, 2010

La milicia siempre huele mal…




¡Dos putos años! ¡Dos putos años llevábamos de novios! Todo iba bien, cariño, salir con los amigos, sexo, todo “alright”, y de un día para otro me sales con la mamada de que no me amas, que quieres terminar conmigo porque no estás enamorada de mí ¡no mames! Si no es diarrea para que te de de repente. Di patadas de ahogado queriéndote llevar serenata, junte a mis amigos rockeros, rondalleros, toveros y cumbiamberos, que no tenían nada entre sí para llevarte “gallo” y reconquistarte, en un solo día sacaron diez canciones como pudieron, y ahí, frente a tu puerta vieja afuera de tu casa, canté a todo pulmón canciones de amor y desamor… saliste, una lágrima rodó en tu mejilla y nos invitaste a beber chocolate caliente (lo cual le provocó flatulencias a uno de mis amigos músicos), y después me confirmaste la mandada a la verga.
Todo por casarte con un militar de bajo rango porque yo no era nada para ti, pues no tenía trabajo, era idealista de una profesión poco sustentable y riesgosa…
Ahora, que ya pasaron muchos años, tú con dos hijos, sigues con ese militar que apenas subió dos rangos y está jodido. Yo por mi parte, conocí a una mujer hermosa y tengo dos hijos hermosos a los cuales no les falta nada, tienen un padre del cual pueden estar orgullosos porque he recibido varios premios en mi profesión que tanto despreciabas, y soy feliz, más que nada porque en mi conciencia nunca va a estar un episodio de mandar a nadie a la chingada así porque sí, como lo hiciste tú. Ni siquiera te has de haber subido a un tanque de guerra en toda tu vida…