septiembre 18, 2011

Cambiando llantas!!!






Me cambiaste como cambiar un neumático, pero no te diste cuenta que esa llanta estaba más ponchada…
Veamos, a ver, me cambiaste por:
Un curador barato de una galería de arte, que resultó ser bisexual y hasta lo cachaste con otro tipo en la cama…
Un músico sin oficio, sin trabajo, y sin verdaderas aspiraciones concretas en la música, que solamente quería que le subieras más el ego además de follarte, y luego se desapareció y ahora hasta tiene hijos… con otra, obvio…
Un italiano más mexicano que un nopal asado con bisteces, que nadamás te embarazó, huyó, y no precisamente a Italia, y nada que se hizo responsable del chamaco…
Un hippie playero, lacra y haragán, eso sí, con dreadlocks y güerito, pero que hasta te pasó literalmente los piojos ¡No chingues! ¡Qué asco!
Un diseñador gráfico chafa ególatra que después te dejó por una europea, y con la misma le dio una patada en el trasero y ahora anda de regreso por tierras mexicas sin un clavo en el bolsillo…
Un extranjero británico que te juraba amor de lejos pero que cuando ya lo tuviste cerca únicamente te soporto 1 año, pues no eras la mexicana a modo de chacha sumisa que esperaba y se fue directito a Stonehenge a tomar whisky…
Un cineasta sin talento quejándote de lo aburrido y poco interesante que era yo, y hasta que te fuiste a vivir con él, te diste cuenta que lo suyo era la fonda de tercera que tenía, y pues hasta terminaste preparando antojitos a los pocos desafortunados que la concurrían…
Un burócrata sin ilusiones en la vida, más que sangrar al pueblo, machista, y que curioso que pensaras que yo lo soy, peleonero, para que terminaras divorciándote de él y con dos hijos…
Un escuincle de tu edad compañero tuyo de la universidad, sin chiste, sin gracia, que en tu retorcida mente pensabas que se parecía a mí, pero sin malicia, y terminaste botándolo tú, porque te aburrió hasta el gusto que tenían en común por pokemon y esas caricaturas tontas…
Un Dj cocainómano, quien te servía de cojín para llorar cuando te disgustabas conmigo, que no paraba de salir con teiboleras y gastarse tu dinero…
Un empresario que hace pesas, que presumías que era muy bueno en la cama, que hasta que te casaste con él, comprobaste que además de ser bueno en el colchón tuyo, lo era en el de muchas más…
Un arquitecto que se sentía caricaturista, hasta hacía muchas acerca de ti, pensando en que era bien portado y alivianado, pero más acomplejado que una salchicha en una exposición de salamis, que terminó hartándote su mediocridad y aburrida manera de pensar y actuar…
Un insensato egresado de gastronomía y aprovechado, que presumía de grandes dotes culinarios, hasta que te diste cuenta que el tiempo que anduviste con él no sólo te pedía dinero, porque no encontraba trabajo, hasta te lo robaba…
Me cambiaste, sí, tú, y también tú, así como ella, y en algún momento pensaste que yo era lo peor que te había sucedido ¿Qué quieres que piense ahora que me buscas con vehemencia? De nada sirve que me digas que no soy tan malo como creías, porque yo siempre lo he sabido, si bien no soy perfecto y nunca he pretendido serlo, no soy, ni por acercarme, un pedazo de esos pedazos rotos de llanta por los que me cambiaste en tu gran estupidez…

febrero 22, 2011

Me trataste como P%#@!




Los hombres son unos patanes que una vez que ya han conseguido su objetivo, pierden interés total con la víctima en cuestión, y no suelen ni hacer una llamada casual al menos para simplemente decir hola, dicho de otra maneras, una vez que se cogen a la vieja, no son quienes siquiera para dar las gracias.
Por ello fue muy peculiar esa ocasión en que se dieron los aun más peculiares hechos. Vamos desde el principio: Primero, desde que te conocí sabía que habían muchos güeyes que derraman litro de saliva por ti, pues además de bonita, tenías el perfecto cuerpo delgado, con esas hermosas caderas y unas piernas que parecieran las hubiesen moldeado a petición tuya, con los más altos estándares de calidad artesanal y escultórica. A eso hay que sumarle que tenías esa sonrisa y mirada picara y sexy que tanto me encantaba, que hacía una diestra armonía con tu vocecita tierna y cándida. Segundo, estabas soltera y yo soltero, a los dos nos gustaba la fiesta, antrear y beber, éramos de alguna manera, una buena pareja, o en mi pendejo entender eso llegué a pensar. Lo cagado y fatídico fue aquella noche fría en que salíamos de un bar, y al tiempo que me abrazabas nos regalábamos una segunda tanda de apasionados besos pues el primer fajesote no los dimos dentro del bar mismo, pedí un taxi para que nos llevara a mi casa y fue cuando supe que ese arroz ya se había cocido, y que iba a pasar lo que finalmente sucedió.
El pedo fue al otro día temprano que te despertaste antes que yo, yo entre bostezos te vi y vi una sonrisa dibujada en tu rostro del cual salieron la siguiente frase: ¡Nos vemos! Y fue todo. ¿Qué pedo? Nada de estuvo lindo, llámame después, que se repita –aunque a esas alturas ya hubiese sido demasiada pretensión de mi parte, ¡un beso, carajo! Aunque fuera como los que me daba mi abuelita en la frente… nada. Está de más decir que a partir de ese día ya no te volví a ver ni a salir contigo.
FIN
Bueno, la moraleja de este cuento, o una simple conclusión es: O de plano cojo demasiado mal que le maté todo el entusiasmo a la más mínima gratitud de su parte, o puede ser que el karma hizo efecto en mi a salud de todas esas féminas que son desdeñadas por aquellos patanes que no saben ni dar las gracias, o que una vez que se han venido se les olvida como darlas. Ahí supe que es lo que sentían aquellas chicas que ya no quería yo frecuentar y les daba el cortón, o de plano me desaparecía del planeta. Ahora sé lo que siente una puta, sólo faltó que me echara una moneda de 10 varos en la jeta, pues me sentí de ese precio.
Bueno, nel, voy a ser honesto y a manera de epilogo voy a decir que esa tipa se casó, la llenaron de chamacos y su esposo le mete sus putazos de vez en cuando. Yo sigo pensando que si no quieres algo más, para que fingir cariño si no te nace. Sí sentí medio gacho esa vez pero de ahí no pasó, porque soy hombre y estoy hecho a la naturaleza de lo basura que podemos ser en ocasiones ¡lero, lero!