No tengo necesidad de recibir fotografías tuyas desde teléfonos celulares anónimos donde estas en la cama con algún tipo, y si te pido que si tienes idea de quien podría ser le digas que deje de hacerlo no es para que me digas que cada que te hablo te “afecto” ¿te afecto? ¿En que sentido? No soy tu pinche conciencia o acaso me viste cara de Pepe Grillo, y no me salgas con la mamada de que si creo que fue quien creo, de ser así, hay fotografías más “comprometedoras” aun, ¿comprometedoras? ¿A quién comprometen? A ti por lo visto no, muchos menos a mi, y que remates diciendo que son imágenes que están en algún site en internet y que son de dominio público. Te tengo una noticia: No soy la organización promotora de conciencia y valores morales, no soy tu jodida conciencia, y si eres feliz exhibiéndote y quieres competir en la pornografía casera he de decir que no creo que estés al nivel de la buena pornografía de ese estilo. Decir que te afecta una simple solicitud de paz, es como promulgar no una doble, si no una quíntupla moral muy turbia e hipócrita, pues si bien espero quede claro mas allá de ser algo parecido a tu torcida conciencia, soy simplemente la persona que te amó demasiado que vio como se cuarteaba ese jarrón llamado relación, precisamente por actitudes como esa y por la gente ajena que permitiste que terminara de estropear ese cuento que terminó siendo una película de Almodóvar pero con presupuesto de cinco varos. Estás mal peona del porno chafa…
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