enero 22, 2010

¡Renuncio!


¿En qué momento pensaste que podíamos ser grandes amigos? A ver, conmigo puedes hablar de cine europeo, comentar poemas de Machado, escuchar canciones ochenteras las cuales ambos sabemos son ridículas, y eso es lo gracioso, nos divertimos, critico como preparas pasta pero la disfruto como nadie en el planeta, puedes decir “palabrotas”, puedes divertirte también con mis amigos, llegar ebria a mi casa para seguir bebiendo cerveza, nos burlamos de la gente y su forma de hablar, de sus acentos. Nos la podemos pasar horas y horas, les caigo bien a tus amigas, ¡es más! Tus amigas me adoran, me llevo bien con tu familia, quiero a tus sobrinos aunque no sean nada mío, te la pasas poca madre conmigo, te sueltas a carcajadas con mis comentarios y sarcasmos… entonces… dime, entonces… ¿por qué andas con ese tipo? Ese mono aburrido que ni siquiera es atractivo físicamente, más que para ti, ese sujeto ignorante con poca personalidad provinciano y con poca autoestima, que chispa de rabia al verme; pero que importa: “sólo soy tu amigo”. Ese amigo que no quiere ser tu amigo, que adora como se te ven esos jeans rotos, que te acompaña a que visites al bebé recién nacido de tu mejor amiga, el que asimila lo que debería ser aburrido, y que, hasta me parecen amenas esas salidas, el que suspira en silencio cuando estás concentrada frente al monitor de la computadora y contempla tu belleza, el que se ríe de tus chistes, el que no tiene novia porque cree que si ha de tenerla, que sea con alguien tan divertida e inteligente como tú, no se trata de andar por andar.
Por eso renuncio a ser tu compañero de cervezas, amigas divertidas no me faltan, pero ninguna me gusta como tú. Pero como no vemos lo mismo el uno en el otro, como tú prefieres la comodidad de un tipo que sabe que nunca tendrá alguien mejor que tú –vamos, yo también lo pienso, pero en mi estupidez creo que al menos si agarro algo mejor que él- . Tengo un buen empleo, no vivo con mis padres ¿Qué coño tiene ese puto que no tenga yo? Por eso, por la salud de mi estado mental, por sentido común, renuncio a hacerla de tu amigo “putito”, buen pedo e inofensivo. Mi maldita heterosexualidad y mi amor por ti ya no me permiten una amistad.
Cásate con ese cabrón, pero espero que al cabo de unos años no me vayas a buscar, no la chingues…

No hay comentarios: